lunes, 5 de febrero de 2018

PREVISIONES.


Hoy, los países más civilizados del mundo gastan un máximo de sus ingresos en la guerra y un mínimo en educación. El siglo XXI revertirá este orden. Será más digno de gloria luchar contra la ignorancia que morir en el campo de batalla. El descubrimiento de una nueva verdad científica será más importante que las disputas de los diplomáticos. Incluso los periódicos de nuestros días están comenzando a tratar como noticias los descubrimientos científicos y la creación de nuevos conceptos filosóficos. 
Los periódicos del siglo XXI dedicarán un mero recuadro en sus páginas traseras a las relaciones de crímenes o controversias políticas, y concederán los
grandes titulares de las portadas a la proclamación de nuevas hipótesis científicas.


Actualmente, padecemos el desequilibrio de nuestra civilización porque todavía
no nos hemos ajustado completamente a la era de las máquinas. La solución a nuestros problemas no radica en destruir las máquinas, sino en dominarlas. Innumerables actividades que todavía hoy se llevan a cabo con las manos serán ejecutadas por autómatas. 

En este preciso momento, los científicos que trabajan en los laboratorios de las universidades estadounidenses están intentando crear lo que se
ha descrito como una “máquina pensante”. Yo anticipé este desarrollo. En realidad, yo construí “robots”. Hoy, el robot es un hecho aceptado, pero el
principio no se ha aprovechado todo lo posible. 

En el siglo XXI, el robot adoptará el lugar que el trabajo de los esclavos ocupaba en la civilización antigua. No hay ninguna razón por la que gran parte de todo esto no pueda suceder en menos de un
siglo, llevando a la humanidad a perseguir sus más altas aspiraciones.
Y a no ser que la atención de la humanidad se distraiga con demasiada violencia por guerras externas y revoluciones internas, no hay razón por la que el milenio eléctrico no vaya a comenzar dentro de pocas décadas. 


He estado buscando a tientas durante años, intentando encontrar alguna solución al problema más acuciante de la humanidad —el de asegurar la paz— y, poco a poco, he llegado al medio ideal para este fin. Pues éste ofrecerá a cada país una protección
perfecta sin proporcionar un nuevo instrumento de ataque. 

La Conferencia de Paz Internacional insistirá en que se adopte de forma inmediata y universal, pues en tanto en cuanto los países estén protegidos de manera imperfecta, las invasiones estarán aseguradas.

Nikola Tesla.


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