jueves, 30 de noviembre de 2017

martes, 28 de noviembre de 2017


EXTRACTO.


Cuando el cosmos no estaba tan desajustado como hoy día y todas las estrellas guardaban un buen orden, de modo que era fácil contarlas de izquierda a derecha o de arriba abajo, reunidas además en un grupo aparte las de mayor tamaño y más azules, y las pequeñas y amarillentas, como cuerpos de segunda categoría, metidas por los rincones; cuando en el espacio no se vislumbraba ni rastro de polvo, suciedad y basura de las nebulosas, en aquellos viejos tiempos, tan buenos, existía la costumbre de que los constructores con Diploma de Omnipotencia Perpetua con nota sobresaliente fueran de vez en cuando de viaje para llevar a pueblos remotos ayuda y buenos consejos.

Stanislaw Lem. Expedición primera o la trampa de Garganciano.

sábado, 25 de noviembre de 2017


INFORMATIVOS.


Continuities and Discontinuities in Cultural Conditioning"es un artículo de la antropóloga Ruth Benedict, publicado en 1938 en la revista Psychiatrics  en el que se describen tres aspectos del proceso de socialización en los que se producen discontinuidades en nuestra sociedad: durante la infancia, en la adultez y  en la vejez.

 
Estas tres discontinuidades se refieren a:  
1) La conducta responsable/no responsable;
2) la dominación/sumisión; y
3) la sexualidad.

Tales discontinuidades no se producen en otros pueblos estudiados.  Dicho en otras palabras, estas ‘discontinuidades’ son quebrantamientos de la autorregulación y desarrollo del ser humano, sintomas de la sociedad de la dominación que conllevan una devastación de algunas de las cualidades humanas más importantes.

El estudio se basa en  la comparación de las respuestas que las diferentes culturas dan a los procesos que llevan de la infancia a la adultez, y de la adultez a la vejez.

Casilda Rodrigáñez.

viernes, 24 de noviembre de 2017


GANADERÍA.


La judicialización de la vida no es un fenómeno novedoso. Es un elemento intrínseco del desarrollo de las democracias modernas. Es un factor destinado a dar forma a la vida social y, cada vez más, la personal, de tal manera que cada uno sepamos cuál es nuestro papel y qué podemos esperar si no nos atenemos a él. 
También actúa creando un relato unificador con el consabido lema de “todos somos iguales ante la ley” creando una ficción que necesita mantener de vez en cuando con el enjuiciamiento de elementos que no forman parte del pueblo. 
Aunque cualquiera puede observar que no son más que pantomimas, incluidos los casos que acaban con algún paso fugaz por la prisión.

Es por esto que un cuestionamiento radical de este sistema se hace imprescindible cuando hablamos de construir una nueva sociedad, un nuevo mundo. 

Hay que abordar la necesidad de recuperar la justicia por encima de la legalidad y de cómo esa justicia debe ser puesta en el centro del modelo que regule las relaciones sociales.


Quebrantando el silencio. Blog.

jueves, 23 de noviembre de 2017

ACLARACIÓN.


Nadie puede hablar por los demás.
Toda idea de representación colectiva es totalitaria.

Néstor Kohan.

martes, 21 de noviembre de 2017



TEO LOGIAS.


¡Oh, creyentes!:  Si nada se mueve sin la voluntad de Alá, si nada acontece sin la intervención de Dios... mmm... ¿estarán De Acuerdo?, ¿serán El Mismo?, ¿cómo nos ayuda Eso?, ¿nos Toman el pelo?... o qué.

viernes, 17 de noviembre de 2017


PRINCIPIOS.


El empresario Sean Parker, uno de los fundadores de facebook, reconoce que éste nació con el propósito explicito de aprovecharse de la necesidad de reconocimiento social del ser humano.

GANADERÍA.


Creo que el exilio, o incluso el ostracismo, fueron suficientes para hacer cumplir los castigos tribales y crear conformidad en la manada durante la mayor parte de la historia humana.
Robert Anton Smit.

jueves, 16 de noviembre de 2017

martes, 14 de noviembre de 2017


GANADERÍA.


Los procesos independentistas suelen fortalecer el aparato partitocrático y el Estado en general, en detrimento de los movimientos de base. 
Parece que no pueda haber ningún cambio social, ya sea de índole cuantitativa o cualitativa, sin que tenga que pasar por las Instituciones. 

lunes, 13 de noviembre de 2017


ECOS DE SOCIEDAD.


El mundo se acelera. La vida se acelera.
¿No será esta necesidad de volver a la vida lenta la máxima expresión de supervivencia ahora que la premura nos acerca a la muerte a marchas forzadas?


Virginia Mendoza.

domingo, 12 de noviembre de 2017

RELATO.

 El árbol.

Vivo en una casa no lejos de la carretera.
Junto a esa carretera, a la entrada de la curva, crece un árbol.
Cuando yo era niño, la carretera era aún un camino de tierra. Es decir, polvorienta en verano, fangosa en
primavera y en otoño, y en invierno cubierta de nieve igual que los campos.
Ahora es de asfalto en todas las estaciones del año. 


Cuando yo era joven, por el camino pasaban carros de campesinos arrastrados por bueyes, y sólo entre la salida y la puesta de sol. Los conocía todos, porque eran de por aquí. Eran más raros los carros de
caballos. 

Ahora los coches corren por la carretera de día y de noche. No conozco ninguno, aparecen de no se sabe dónde y desaparecen hacia no se sabe dónde.
Sólo el árbol ha quedado igual, verde desde la primavera hasta el otoño. Crece en mi parcela. 


Recibí un escrito de la Autoridad. "Existe el peligro --decía el escrito-- de que un coche pueda chocar contra el árbol, ya que el árbol crece en la curva. Por lo tanto, hay que talarlo".
Me quedé preocupado. Llevaban razón. Efectivamente, el árbol está junto a la curva, y cada vez hay más coches que cada vez corren más rápido y sin prudencia. En cualquier momento puede chocar alguno contra el árbol. Así que tomé una escopeta de dos cañones, me senté bajo el árbol y, al ver acercarse al primero, disparé. Pero no acerté.
Por eso me arrestaron y me llevaron a juicio. 

Traté de explicar al tribunal que había fallado únicamente porque mi vista ya no es buena, pero que si me dieran unas gafas seguro que acertaba. No sirvió de nada.

No hay justicia. Es verdad que un coche puede chocar contra el árbol y dañarlo. Pero sólo con que me dieran unas gafas y algo de munición, me quedaría sentado vigilando.
¿A qué tanta prisa por talar un árbol si hay otros métodos que pueden protegerlo de un accidente?.
Y no les costaría nada, aparte de la munición. ¿Acaso es un gasto excesivo?.


 Slawomir Mrozek.


jueves, 9 de noviembre de 2017

BROMAS ANTIGUAS.



CUENTOS.


Algunos piensan que si un día arribamos, como exploradores o como náufragos, a las lejanas costas de otros mundos, será la geometría el lenguaje más adecuado para saludar a otros seres racionales e identificarnos como tales ante ellos. Pero no todos opinan lo mismo. En un delicioso relato de ciencia ficción titulado La jaula, que bien podría haber salido de la pluma de un Voltaire o de un Swift, A. Bertram Chandler sugiere que tal vez no sea la geometría el más conspicuo emblema de la racionalidad. 
En resumen, esta es la historia:

Un grupo de náufragos asilvestrados son tomados por animales irracionales (confusión del todo excusable dadas las circunstancias) por unos zoólogos extraterrestres, que los capturan y enjaulan. 

Los humanos, conscientes del error de sus captores, intentan demostrar su racionalidad por todos los medios: hablan, cantan, bailan, dibujan figuras geométricas, pero ninguna de estas manifestaciones impresiona a los zoólogos alienígenas (en El planeta de los simios se plantea una situación similar). Al fin y al cabo, hay animales que parlotean animadamente (como los loros), emiten los sonidos más melifluos (como las aves canoras), ejecutan elaboradas danzas amorosas (como los pulpos) o utilizan la geometría con asombrosa precisión y eficacia (como las abejas, que resuelven un complejo problema de máximos y mínimos al construir sus panales de celdillas hexagonales).

Resignados, los hombres empiezan a acostumbrarse a su benigno cautiverio. Un día se cuela en su recinto un pequeño animal peludo y los prisioneros lo adoptan como mascota. Lo cuidan, lo alimentan y le construyen una jaula rudimentaria. Inmediatamente, los extraterrestres dejan en libertad a los humanos y, tras establecer un mínimo sistema de comunicación, les presentan sus excusas por haberlos confundido con animales. ¿Y por qué han comprendido de pronto su error? Porque sólo los seres racionales enjaulan a otros seres.


Carlo Fabretti.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

RESUMIENDO.


La causa de las guerras es la codicia de los poderosos cimentada en el fanatismo de los ignorantes.

Ése es el orden de la vida, que del trabajo y la sangre de los de abajo vivan los de arriba.

Últimas Pasiones del Caballero Almafiera. Juan Eslava Galán.

martes, 7 de noviembre de 2017

DISGRESIÓN.


La mera existencia de personas capaces de negar el derecho a decidir a sus semejantes nos da la medida de hasta qué punto la noción de dominación está instalada dentro de cada uno de nosotros. 
Negar la potestad de decidir en nombre de un bien superior, ya sea la legalidad, la patria, el estilo de vida… es situarnos en el plano de la sumisión, de la negación de nuestra potencialidad como humanos.

Porque una cosa es el derecho a decidir y otra muy distinta la libertad de decidir. Y libertad, tal y como hacemos funcionar el mundo y funcionamos nosotros mismos, tenemos más bien poca.

Quebrantando el silencio. Blog.

lunes, 6 de noviembre de 2017

LECCION.


Los verdaderos revolucionarios no hacen alarde de su radicalismo. Se cortan el pelo, se ponen sus trajes y se infiltran en el sistema desde dentro.

Saul Alinsky.

sábado, 4 de noviembre de 2017


RAZONES.


El pensamiento, reflejo de nuestra mente racional, “un buen sirviente, pero un mal amo”, como afirma Alan Watts y también la filosofía budista, no es malo por sí mismo; es quizá una de las herramientas más poderosas que un hombre tiene a mano, pero debe ser usada con moderación, como un instrumento que podemos utilizar para resolver problemas, dejarla a un lado cuando no nos sirve y vivir el resto del tiempo habitando la realidad. 
De otra forma, esto sólo puede llevarnos a confundir los símbolos, las palabras, las ideas y los números con el mundo real.

  Para Alan Watts
 no tenemos que ser algo más que lo que somos o sentir una cosa distinta de la que sentimos. Cuando nos rendimos a lo que estamos siendo y sintiendo en el presente, el callejón sin salida te abre paso, te dice algo, te da un mensaje que vale la pena escuchar.