miércoles, 20 de septiembre de 2017

INFORMATIVOS.


Detrás de toda veleidad nacionalista, una especie de religión secularizada, hay una ambición de poder, el poder centralizado del Estado sobre un territorio, por lo que el imaginario social se alimenta de esa estructura jerarquizada para la que no existen aparentemente alternativas. 

La realidad es que si el poder se retroalimenta afianzando en el individuo el sentimiento de ser sometido o de ser sometedor, también es posible una cultura que otorgue al ser humano una conciencia diferente, auténticamente liberadora. 
Una conciencia en la que no exista la posibilidad de dominar o ser dominado y en la que se sea consciente del potencial creativo de la humanidad, junto a una concepción de la libertad y la cultura lo más  amplia posible.


Capi Vidal.

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