miércoles, 13 de septiembre de 2017

GANADERÍA.


El sicologo Albert Bandura cogió a niños y niñas de guardería, de tres o cuatro años, y los dividió en tres grupos. De forma individual los metía en una habitación donde había una serie de juguetes atractivos, y un muñeco bobo. Un payaso inflable de los que si los tumbas, vuelve a ponerse en pie. El niño o niña se ponía a jugar, entraba un adulto, y tras jugar un minutillo, comenzaba a insultar al muñeco y a darle patadas y golpes. 
Otros niños no eran sometidos a este comportamiento y jugaban a su aire en la habitación sin percibir agresiones al muñeco.

Los resultados del experimento mostraron que los niños y niñas que habían estado expuestos a un modelo agresivo con el muñeco, cuando se les dejaba solos sin adulto, se volvían violentos: exhibían lenguaje verbal insultante, pegaban al muñeco, e incluso mostraban creatividad en las agresiones. Los niños que en cambio no percibían agresiones, jugaban tan tranquilos y no agredían al muñeco. En el modelo agresivo, los niños tendían más a la violencia que las niñas.

Acratosaurio Rex.

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