domingo, 5 de marzo de 2017

GANADERÍA INTENSIVA.


Las leyes y las constituciones que por la violencia gobiernan a los pueblos son falsas. No son hijas del estudio y del común ascenso de los hombres. Son hijas de una minoría bárbara, que se apoderó de la fuerza bruta para satisfacer su codicia y su crueldad.

Rafael Barrett.



En el momento de tu nacimiento, los padres o cualquier persona que represente al recién nacido hacen un registro en el Registro Civil. En ese mismo instante, una corporación es creada con un nombre similar al tuyo, pero escrito en MAYUSCULAS, de la misma forma que los nombres de barcos o empresas. De esta manera se crea una corporación, una ficción legal que tu, el hombre o mujer de carne y hueso acepta inconscientemente representar y con ello aceptar ser regida por la Ley de Almirantazgo. 
Esto es lo que en el derecho de la antigua roma se conocía como Capitis deminutio máxima, la pérdida total de derechos de una persona.

Para entender el porqué de tan refinada farsa debemos remontarnos a la gran recesión (creada) tras la I guerra mundial y a la quiebra de los estados. La Corporación conocida como The United States entró en estado de insolvencia en 1933, a través del Emergency Banking Act del 9 de Marzo de 1933. Para poder continuar funcionando, la corporación USA ofreció sus empleados (ciudadanos) a la Reserva Federal como garantía de la deuda. 
En 1933 se introdujo la obligatoriedad del registro de nacimiento, y el Certificado de Nacimiento funge desde entonces como titulo de Valor, parecido a las acciones en la bolsa. Su valor se corresponde las ganancias promedio que se esperan de una persona a lo largo de una vida promedio, proveniente de su fuerza de trabajo, ideas creativas, experticia, consumo, impuestos, enfermedad y las que aún se les puedan ocurrir. 
Este sistema se ha establecido a lo largo del mundo, y es válido para la mayoría de países occidentales, con diversos matices.

Movimiento Freeman.



Nada más nacer somos marcados por un código de barras, el de la Ley Marítima, y se nos da un valor que aumentamos o disminuimos según el bagaje económico que tengamos. 
A los españoles nos corresponde un valor estándar de unos 64.000 euros por persona, que cotiza en la bolsa de Chicago. Que nuestro nombre aparezca en cualquier documento oficial siempre en mayúsculas evidencia ese carácter de mercancía.

Eladio Fernández.

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