jueves, 2 de febrero de 2017

ACTUALIZACIÓN..


El transhumanismo actual está ganando popularidad en todo el mundo,  y sobre todo en Occidente, donde se originó.
Los partidarios de este movimiento asumen con entusiasmo todos los datos de la tecnología moderna, y llevan la idea de progreso a su conclusión lógica. El perfeccionamiento tecnológico, en su opinión, conduce a la humanidad a un estado de transformación de la especie humana a través de la creación artificial de los seres humanos más perfectos. Esto se logra mediante la perfección de todas las partes del cuerpo humano a través de la sustitución de esas partes por otras artificiales, no distinguibles de las partes del cuerpo y de los órganos. Esto incluye la simulación de la tecnología del conocimiento o la grabación de la conciencia en los portadoras individuales: cartografía o 'mapping' cerebral. 
Los últimos descubrimientos en el campo de la estructura del genoma, permiten el ajuste de los organismos para mejorar su calidad a un nivel básico.

Sólo queda una por hacer, que seria el último paso: cruzar los límites de la especie humana. El transhumanismo no es un extraño efecto secundario del desarrollo tecnológico, sino un final lógico de la Nueva Era. Hemos tenido que llegar a esto: a la era de los cyborgs, de los híbridos, los mutantes y quimeras, y lo hicimos.

El mundo moderno no es un resultado del progreso, sino de la disminución. El transhumanismo es el inevitable día del mañana si estamos de acuerdo con nuestra actualidad. 
Si queremos cambiar nuestro destino, debemos retroceder en el tiempo y comprender ¿dónde hemos cometido un error fatal?.

La Sagrada Tradición confirma que el diablo puede hacer casi todo, pero no puede crear a un humano. Sólo es capaz de crear una parodia, un simulacro. El transhumanismo es, claramente, idea suya.

Alexander Duguin.

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